En una búsqueda reciente en Google, al introducir el término "liderazgo", se generó más de 74 millones de resultados. No cabe duda alguna de que es un tema que sigue vigente y relevante. Este es un concepto que se ha ido desarrollando y evolucionando conforme a épocas y contextos en los últimos 60 años en torno a la figura de un responsable, el líder.

  Siempre me ha gustado decir que el liderazgo es diversidad. Diversidad de estilos y definiciones que giran en torno a esta idea dependiendo del ámbito donde se lo aplique. Pero desde luego, nos queda claro que cuando pensamos en dicho concepto se nos viene a la mente una personalidad que es capaz de motivar, guiar e influenciar a su grupo, organización o comunidad. Y es a partir de acá donde nos damos cuenta del impacto que genera en nuestras organizaciones y, en definitiva, nuestra sociedad.



Un nuevo desafío

  A lo largo del tiempo, el liderazgo empresarial se ha ido adaptando para sobrellevar los distintos paradigmas que se le han presentado. Pero quizás hoy estemos ante una situación totalmente nueva y más compleja, de la cual no tenemos registro histórico.

  Como lo hemos mencionado, el liderazgo y las organizaciones se trasforman, al grado que ahora es necesario considerar que los líderes deben interactuar con hasta 4 generaciones de colaboradores simultáneamente, además de gestionar en un contexto globalizado de constante cambio, incertidumbre y caos. Es en este sentido donde surge la interrogante de cómo serán las organizaciones del futuro y qué papel desempeñará el líder en estas.


¿Hacia dónde vamos?

  La consolidación del internet y la disrupción de las nuevas tecnologías como motor de muchos de nuestros hábitos, así como la gran cantidad de información, herramientas digitales, disminución de jerarquías y nuevos canales de comunicación, entre otros, conduce a reflexionar acerca de las aptitudes necesarias de los líderes del futuro, inmerso en lo que me gusta denominar, organizaciones globales.

  Este debe ser capaz de poder visualizar el futuro, pero enfrentando el pasado, esto haciendo referencia a las múltiples generaciones que conforman una organización. Las generaciones jóvenes poseen un grado de adopción tecnológico mucho más avanzado, y no solo haciendo alusión a los colaboradores, sino también a los consumidores.

  Un estudios reciente (Accenture) ha proyectado que para el año 2025, cerca del 47% de los recursos económicos existentes van a estar gestionados por dos generaciones, millennials y centennials. Por ende, el foco actual está en poner atención hacia el futuro. Pero esto no es lo único.

  El profesor del MIT, Amit S. Mukherjee, adoptando de su libro: "liderar el mundo digital como fomentar la creatividad", define las características del líder del futuro, entre ellas, liderar la inclusión en la organización; desarrollar conocimientos en diversos temas, incluyendo el descernimiento de la tecnología más apropiada; fomentar el trabajo colaborativo; privilegiar la creatividad antes que la productividad; y tener la visión en relación a lo que la organización quiere ofrecer en el futuro. Con una clara orientación hacia las personas.

  Lo cierto es que la gerencia de los años venideros deberá estar atenta al rol que debe desempeñar en pro del factor humano, buscar las formas de cohesión en los grupos y saber utilizar herramientas de coaching necesarias. Ésta debe entender la importancia de las personas como recurso vital y como centro de innovación tecnológica en las organizaciones.